Llega diciembre con el Adviento ya en marcha y Valencia de
noche tiene otra iluminación. Destaca la Estación del Norte con su estrella; cautiva la
plaza del Ayuntamiento con sus árboles adornados de bombillas y alegría
navideña, todos ellos acotando un gran árbol central que enlaza la mirada con
el reloj de un Ayuntamiento decorado en sintonía con la explanada de las
“mascletàs” falleras.
Es tiempo de belenes, artesanía sagrada que maestros y
aprendices muestran al público o a sus familiares y amigos durante alrededor de
un mes de fiesta cristiana. Contemplar cada escena del Belén que parroquias,
asociaciones, cofradías, hospitales y espacios muy diversos instalan para
compartir este tiempo singular, permite interiorizar el misterio de Dios hecho
Niño por la Humanidad:
el anuncio de la Buena Noticia
a María, la búsqueda de posada, el Nacimiento, la adoración de los Magos, el
sueño de José, la huida a Egipto y tantos detalles que pueden ser percibidos
con la ingenuidad de quien desea con el corazón de el nacimiento de Jesús sea
real y también personal.
Algunos de los belenes más significativos he podido verlos
en la falla de Na Jordana (con miles de botellas), el Mercado de Colón, la galería
comercial Jorge Juan. Hay que resaltar la dedicación todo el año de la asociación de
Amigos de San Antonio, cuya propuesta solidaria de nacimientos con material de
desecho y el amor de Fray Conrado cuenta con casi veinte años de historia.
En
el claustro de la sede central de la Universidad Católica
San Vicente Mártir estaba el de la Asociación de Belenistas de Valencia, ofreciendo
también un bellísimo nacimiento napolitano en la puerta del Palacio Marqués de
Dos Aguas. Hay que destacar también el de la Catedral Metropolitana,
un nacimiento en el escaparate de la librería San Pablo, el de la portería del albergue
San Juan de Dios, el de los Ancianos Desamparados, otro monumental en el
noviciado del colegio San José de la
Montaña, el de la ermita de Santa Lucía a los pies del
Cristo, así como el de la sede de los Granaderos del Grao, para concluir el
recorrido con el belén municipal en la
plaza del Ayuntamiento. Una ruta belenística por las poblaciones de Enguera y
de La Font de la Figuera permite ver
figuras de tamaño natural y belenes con historia local respectivamente.
Y llega la
Nochebuena tan esperada todo el Adviento. Celebrar este
momento del año viviendo la liturgia con la comunidad parroquial San Pedro Pascual
de Valencia (de los Misioneros de los Sagrados Corazones) permite interiorizar el
júbilo de la Natividad
del Señor captando imágenes con auténtico mensaje.
Las celebraciones familiares durante los días de fiesta
desembocan en la ávida espera
a los Reyes Magos junto el edificio del reloj en el puerto
de Valencia. Lógica expectación que sus Majestades corresponden con saludos y
cientos de caramelos a los primeros niños valencianos que acuden a recibirles.
Es la víspera de la Epifanía,
con una grandiosa cabalgata que finalizan las carrozas reales precedidas de su
pompa y su séquito.
En la plaza del Ayuntamiento sus Majestades reciben el
saludo de la alcaldesa Rita Barberá, el concejal de Fiestas y Cultura Popular
Francisco Lledó y la
Fallera Mayor Infantil Claudia Villodre. Tras la adoración al
Niño Jesús en el Nacimiento del belén municipal, los Reyes Magos saludan desde
el balcón principal del Ayuntamiento.
Así es Valencia, fiesta en Navidad.
EL REPORTAJE FOTOGRÁFICO QUE COMPLEMENTA ESTE ARTÍCULO PUEDE VERSE EN EL SIGUIENTE ENLACE:
1 comentario:
Me parece un reportaje buenísimo y muy completo. Captas el alma de la Navidad en las cuatro esquinas de la Comunidad. Felicidades Manolo. Tu cámara capta el alma de las cosas y de las personas que han trabajado en ellas, y por supuesto de la Navidad.
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