Este ha sido el segundo año de adornos florales a lo largo del camino de la procesión. La lluvia deslució la llegada de las Rocas desde la casa-museo, por Serranos, hasta la plaza de la Virgen. Después del "sopar de l´escala" en la casa de la Rocas, les "albaes" fueron posibles por minutos, teniendo la visita al señor Cardenal en el patio interior del Palacio.
Después de la representación vespertina de "els misteris", en la noche del sábado disfrutamos con el concierto de la banda municipal con el respeto de la lluvia.
El primer premio de fachada fue de nuevo para "La Purísima", tienda de ropa de la calle Bolsería a cargo del Sr. Miquel, cuyo punto de la procesión tiene la mayor cantidad de pétalos. Una empresa privada patrocinó el balcón ganador, también en Bolsería.
Fue novedoso ver cómo las danzas recibieron los pétalos que se destinan siempre a la custodia del Santísimo. Esta foto de Avellanas es gentileza de mi amigo Vicente Almenar, porque yo a esa hora ya estaba en el interior de la catedral a punto de empezar la procesión.
La preocupación por la posible lluvia llevó la procesión al interior de la catedral, sólo con los mancebos, canónigos, cardenal, obispos y políticos en la comitiva. 
Los niños de comunión bordearon el altar mayor y "els cirialots" permanecieron en el pasillo final de la catedral.
LLegó el jueves y la Octava, con cantos solemnes en el interior del Patriarca y la procesión por el claustro.
Cada momento de incienso y pétalos es ofrenda y reverencia al Santísimo.
Seminaristas y canónigos, con velas, acompañando a Jesús Eucarístía, con gran recogimiento.
Y el domingo siguiente, en el Marítimo. La Hermandad del Cristo de los Afligidos colaboró activamente en la preparación y desarrollo de la procesión eucarística.
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