INAUGURACIÓN EXPO “DIOS ESTÁ AQUÍ”
Gracias a todos los presentes por estar aquí esta mañana de
fiesta dentro de la Semana
parroquial. En estos momentos previos a la inauguración de
esta exposición, es justo citar a personas que han hecho posible que haya
llegado a esta etapa de mi trayectoria artística y a la par espiritual: a mi
esposa – Maribel – y a mis hijas Ana y Mª Isabel con quienes comparto la
familia y la fe, a mis padres – Mary y Enrique - que me regalaron un hogar
católico -, a Chiara Lubich y al Movimiento de los Focolares que han orientado
mi vocación por descubrir “Dios Belleza” en el arte y en la Humanidad.
Pasando a lo concreto, este proyecto ha sido posible gracias
a la colaboración de José Manuel Romeu (Imprenta Romeu), José Ramón Pons (Fotoart),
el artista Pedro Molero, el asesoramiento cultural de José Fco. Ballester-Olmos
y Rafael Solaz, el espiritual de Luis Sánchez, así como el trabajo en la sombra
de Vicente Almenar, Víctor Panach, Mª Carmen Serra y, como no, de Manolo
Madrigal en el montaje de la muestra. Pero, sin duda, resalto la confianza y la
unidad que me ha mostrado Joan Carles, párroco de Nuestra Señora de los
Dolores, con quien cumplo mi tercer proyecto, después de la visita de la Mare de Déu a Cullera y el
reciente Via Crucis “Seguir los pasos de Cristo” en esta misma comunidad
parroquial; suya es la selección de textos que sin duda ayudarán a meditar a
quien visite esta capilla en las próximas dos semanas.
Hay una mención especial en esta exposición a San Juan de
Ribera en el año del 400º aniversario de la muerte y 50 aniversario de su
canonización por el beato Juan XXIII. También hay un recuerdo entrañable para
el cardenal García-Gasco (para mí don Agustín, en paz descanse) a quien he
fotografiado durante 17 años. Pero hoy no quiero olvidar mencionar al padre
jesuita Vicente Sastre (fallecido esta semana) y con quien he
compartido muchos momentos ecuménicos hasta hace pocos
meses.
¿Qué tienen en común la tarde del Jueves Santo, la fiesta
del Santo Cáliz, la festividad del Corpus Christi, la Vigilia Pascual,
la ordenación de un sacerdote y su primera misa, la bóveda de un convento de
clausura o una procesión con la custodia llevando al Santísimo Sacramento por
calles y plazas hasta el altar mayor de una iglesia con el fin de adorarle?
¿Qué tiene la Eucaristía
que es representada en balcones, fachadas, tapices, escaparates, bóvedas,
cuadros y cerámica, siendo admirada por santos, homenajeada con flores, cantada
por himnos centenarios, celebrada en iglesias y catedrales, congregando a miles
de personas en todo el mundo?
Yo he sido testigo de muchas fiestas, tradiciones y
acontecimientos como éstos que he citado. He admirado obras de arte inspiradas
en el misterio eucarístico; he captado detalles desde todos los ángulos
posibles y meditado en silencio mientras contemplaba cientos de fotografías
fruto de mi tesón y de mi vocación artístico-espiritual; confesaré que me he
emocionado, he rezado, he sentido en lo profundo de mi alma momentos de
conversión, de revisar mi fe, de compartir y anunciar esta experiencia de amor
infinito que me ha tocado en primera persona.
Estas 32 fotografías que ahora presento son mi mayor
confidencia, el secreto mejor guardado de estos últimos ocho años como
fotógrafo y comunicador católico. Yo mismo he sentido la experiencia de ir
descubriendo en el espacio y en el tiempo el sentido de mi arte, más allá de
las más de 30 postales, catorce exposiciones y cinco audiovisuales que han
visto la luz desde 2004.
En estas imágenes hay santos, sacerdotes, fiestas,
tradiciones y celebraciones religiosas que he vivido desde la mayor intimidad
espiritual, con detalles escogidos de muchas de ellas. Todo se resume en una
estrofa selecta que es la esencia del himno eucarístico por excelencia y que el
próximo 25 de junio, víspera de la festividad del Corpus Christi, cumplirá el
primer centenario de su presentación en el XXII Congreso Eucarístico
Internacional de Madrid. Se trata de “Cantemos al Amor de los Amores” y de unas
palabras que toman sentido como clave para responder a todos estos
interrogantes que he planteado. Ésta es mi propuesta, con el párroco Joan
Carles Alemany, para
este momento presente: DIOS ESTÁ AQUÍ.
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