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11 de octubre de 2011

DULCES PARA ENAMORADOS VALENCIANOS

Cuando hace ya muchos años entré por primera vez en "Dulzumat", me impactó el modo singular de realizar la decoración de sus escaparates. Las fiestas y tradiciones valencianas se dan cita en esta pastelería valenciana que nos deleita tanto en Fallas, Pascua, Todos los Santos o Sant Donís, por citar algunos ejemplos clave.




Las imágenes que ilustran el artículo del historiador y bibliófilo Rafael Solaz Albert son de estos escaparates que mima con dulzura Am paro, su alma mater.




LA MOCADORÀ EN EL RITUAL AMOROSO

Fiesta del 9 d’octubre

En todas las públicas solemnidades, en las fiestas y en los regocijos públicos los dulces han ido unidos al ceremonial incrementando su elaboración, variedad y consumo. El pueblo valenciano, goloso por excelencia, se ha identificado con el calendario festivo y el consumo de dulces como pareja inseparable distinguiendo, en ocasiones, una dulcería propia para cada celebración.

Esta costumbre gastronómica no fue ajena a la festividad que nos ocupa. En la procesión general que celebraba la conquista de Valencia participaban todas las instituciones gremiales, y ya era habitual lanzar dolços i pastissets al público asistente. Algunos gremios obsequiaban a las viudas del oficio con diversas confituras, caso de los Guanteros que, en 1638,  destinaron para tal fin una libra y media de confitura y dulces. La contraposición vendría dada por los Molineros que, esparciendo gran cantidad de harina, causaban un especial alborozo entre la gente.

Los Curtidores portaban los estandartes y leyendas acostumbradas. Entre los participantes destacaba, por su novedad, un hombre con vestidura de león asido a un palo y dos sátiros a su lado con un arma para dominarlo y contenerlo cuando quería hacer algún daño en las confiterías, hornos o tiendas en las que hubiese géneros comestibles. Este “asalto” a las confiterías era bastante común, sobre todo por los niños, convertidos en una especie de extorsionadores que se contentaban con recibir un buen puñado de llepolies.

 

A mediados del s. XVIII existían en la ciudad seis maestros pasteleros y tres oficiales, a juzgar por una poesía de 1755 en la que se dice: “Gremio de pocos maestros, pues en esta ciudad sólo son nueve, y los tres de ellos son oficiales…” Pese a todo, las confiterías competían en presentar las genialidades que más llamaran la atención, confeccionando artísticas figuras hechas de mazapán. Representaban frutas comunes que eran expuestas junto a una barroca decoración en los expositores del establecimiento.

Como ritual amoroso representaba una ofrenda por la cual los novios obsequiaban a sus amadas con frutas de temporada, siempre coincidiendo con las fiestas patronales o las llamadas festes de carrer. Si era la primera vez que un pretendiente quería expresar su amor a una joven, esta dádiva constituía la tarjeta de presentación ante ella y su familia.  Si  el chico ya era reconocido como novio oficial el acto se convertía en toda una reafirmación del amor profesado a la dama en cuestión. En un principio se obsequiaban frutas frescas y frutos secos depositados en un pequeño cesto.  



Más tarde se pasó a regalar dulces que sustituían a las frutas, como el citronat (limoncillo) así llamado porque el almíbar hacía relucientes las tajadas de limón o calabazate, unos pastelillos confeccionados con mermelada, carabassa, confitura o jalea, magdalenas, rollets d’anís, espejuelos o pastas similares a las cascas. Posteriormente, el ingenio hizo que estas golosinas se presentaran en figuras, normalmente frutas, hechas de mazapán recubierto de azúcar glas y pintadas con vivos colores con el fin de parecerse a las naturales. Al ocupar menos espacio se sustituyó la cestita por un vistoso pañuelo de batista o de seda normalmente comprado para la ocasión. Hasta llegar a la mocadorá, la piuleta y el tronador, dulces costumbres que, como ritual inalterado, todavía perduran.
                                                                                                              Rafael Solaz


Aquí están todas las fotografías de la visita a "DULZUMAT" :
LA MOCADORÀ EN FOTOS

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